Selva Negra: La Alsacia (Francia) y Baden Baden

A apenas 1 hora de distancia se encuentra Colmar, situado en la Alsacia. Se trata de un pueblo cuyo casco antiguo parece sacado de un libro de cuentos. Está considerado y con razón uno de los más bonitos de Francia. La parte antigua está exquisitamente  conservada y pasear por ella es deslumbrarse con edificios de estilo gótico alemán y del primer Renacimiento.


Entre los lugares más pintorescos que se pueden visitar en Colmar se encuentra la Pequeña Venecia, un barrio de casitas tradicionales alsacianas que se ubican a lo largo de la orilla del río Launch. La mejor manera de recorrerlo es dando un tranquilo paseo en barca por el río.



Otro barrio imprescindible de Colmar es el Distrito de la Pescadería, llamado así porque aquí se instalaron los pescadores de la ciudad. Sus casitas de colores con un entramado típico de madera, es de lo más pintoresco que podemos ver.



Para terminar con los barrios tenemos el Distrito del Curtidor, como en el caso de los pescadores, lleva ese nombre por el oficio de las personas que se instalaron en la barriada. Estas casas destacan especialmente por su entramado de madera, en éste caso siempre sobre fondo de color blanco.
Comentar que los precios en esta zona son bastante más elevados que los que nos encontramos recorriendo la Selva Negra.

Nuestro siguiendo destino fue Estrasburgo, capital de la Alsacia y donde pernoctamos.



Con unos 400.000 habitantes, Estrasburgo es fácil de recorrer, con un bellísimo centro histórico lleno de encanto.




Destacamos su altísima catedral, de piedra rosada y la popular zona conocida como la Petite France, una de las zonas más tradicionales de la ciudad, donde se junta el encanto de las casas tradicionales con el colorido de las balconadas y el ajetreo de los canales.




Al día siguiente salimos hacia Baden Baden, famosa ciudad conocida por sus balnearios y aguas termales, en el límite norte de la Selva Negra. Nos desviamos ligeramente de la ruta para visitar el lago Mummelsee, localizado a una altitud de 1.029 metros y a los pies de la montaña más alta de la Selva Negra Norte, el Hornisgrinde de 1.164 metros. El lago es prácticamente circular, con una longitud de 240 metros, una anchura de 193 y una profundidad máxima de 17 metros. Dimos una agradable vuelta al lago, nuestra hija disfrutó en la amplia zona infantil y comimos antes de emprender el viaje hacia Baden Baden.




 En Baden Baden hicimos la última noche del viaje. El día siguiente teníamos que coger el vuelo hacia Barcelona que salía a media tarde.



Bade Baden es muy distinta al resto de poblaciones que visitamos. Se respira mucha riqueza por sus calles. Ciudad refinada y elegante, atrajo a la alta burguesía en el s.XIX y aún sigue siendo el lugar preferido de vacaciones para mucha gente de alto poder adquisitivo. Su lujoso Casino y sus famosos balnearios son el principal reclamo de Baden-Baden.



A pesar de todo es una ciudad muy bonita, verde y tranquila. Paseamos por Lichtentaler Allee, una avenida que atraviesa una bella alameda en paralelo al cauce del río Oos a lo largo de casi 3km. Es un lugar ideal para pasear, disfrutar de picnics en familia, hacer ejercicio o tumbarse en la hierba y ver pasar el tiempo. Todo el camino está plagado de villas del s.XIX. Como no puede de ser de otra manera, una espléndida zona infantil hizo las delicias de nuestra hija.

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